Entrevista Café: Vanesa, Rughara Concept Store
Sabina dijo en una de sus canciones: “yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid”. Eso mismo debió pensar Vanesa cuando decidió montar Rughara en pleno barrio de Malasaña, en un momento en el que, los hipsters y sus bicis, aún no se habían hecho fuertes entre sus calles. Había que ser muy visionario para crear una tienda de este tipo, en un barrio al que todavía le duraba la dura resaca de la movida madrileña. Digamos que en aquellos momentos, Malasaña no era precisamente el barrio trendy de Madrid, que hoy presume ser. Vanesa apostó, y anticipándose a la moda retro que se ha instaurado en nuestros días, mantuvo la misma fachada que sus anteriores inquilinos. Hoy nos vemos mirando esa misma fachada, observando como Vanesa nos mira desde dentro, esperando a que de comienzo nuestra entrevista.
¿Café?
V.- Solo, largo. Por la mañana, a mediodía y por la tarde. Me tomo de dos a tres cafés todos los días. No puedo arrancar sin tomarme un café.
¿Quién es Vanesa?
V.- (Suspira) Vanesa es una tía que no sabe estar quieta y que no sabe vivir en una zona de confort. En el momento en el que veo que algo rueda y que me estoy empezando a acomodar, cambio. Me gusta emprender cosas nuevas en cosas que están relacionadas con mis pasiones: la cultura, el diseño, la moda y el arte; pero no a costa de cualquier cosa.
¿Cómo acabaste metiéndote en este mundo?
V.- Siempre me ha gustado mucho el arte, la moda y el diseño como usuaria. Antes de estudiar Arte Dramático, estuve a punto de estudiar moda, pero luego me tiraron más las tablas. Al terminar Arte Dramático, comencé a trabajar en publicidad de manera fortuita, y sin quererlo pasé siete años. Aprendí mucho y sobre todo me di cuenta de qué era lo que quería. En la empresa hubo un proceso de reestructuración y vi la oportunidad de salir con un dinerito, era mi momento. A partir de ahí tenía dos opciones: hacer un master o montar Rughara, como podéis ver opté por la segunda.
Llegaba 2012 y con él, el momento de abrir tu propia tienda…¿Por qué en Malasaña? En aquel momento era de todo menos un barrio de moda…
V.- Cuando yo lo cogí, no había nada en el edificio de la Vaquería. La Plaza de San Ildefonso no era la idílica plaza para tomar una caña que es hoy en día. No había cafeterías ni tiendas cool en la zona. Todo el mundo me decía que estaba loca, estábamos en medio de la crisis y hacer esto para muchos era una locura. Ahora este barrio no tiene nada que ver, por mucho que diga la gente…ha mejorado mucho. Llevo aquí muchos años como vecina y este barrio era de todo menos idílico. Durante el fin de semana sabemos que es una zona con mucho ambiente, pero de eso viven todos los comercios de la zona. Malasaña ha dejado de ser solo un sitio de noche. Prefiero que esté invadido de gente hipster de diferentes estilos, a que esto esté lleno de yonkis y prostitutas como estaba…
¿Se puede decir que Rughara la primera concept store de Malasaña?
V.- Bueno, de Malasaña y…
Dilo, ¿También de España?
V.- No lo quiero decir así, pero lo cierto es que al abrir Rughara se comentó mucho. Comenzó a escribirme gente de toda España que querían montar negocios parecidos. Yo no se si fuimos los primeros como tal, tampoco me importa mucho. Lo que si fuimos es la primera tienda de este tipo que se centró en el diseño y la manufactura española. De ahí mucho tuvo que ver la creación del Mercado Central de Diseño, del cual formé parte en sus inicios.
¿Tu vida mejoró con el cambio?
V.- Por supuesto que sí. Es una vida menos cómoda, porque aquí te pliegas al cliente, que especialmente compra en fin de semana, pero no tiene nada que ver. Hago lo que quiero y mi tienda es el reflejo de mis valores y de la manera que tengo de ver las cosas, eso no tiene precio. Yo no vendo nada que no quiera vender, no vendo nada que no me guste. Puede que algo no estuviese en mi casa, porque no pega, pero todo lo que entra aquí tiene calidad y me gusta.
¿Qué destacarías de Café Leather Supply?
V.- Cuando empezasteis, vi a gente con ganas de hacer las cosas bien y eso me gustó mucho. Os centrasteis en un público muy concreto que buscaba un artículo de mucha calidad, siempre lo tuvisteis claro y a mi personalmente me encantó esa idea. Ahora que ya es realidad y que tengo vuestros productos en mi tienda, creo que vuestro éxito reside en ofrecer un producto de muy, muy, muy buena calidad junto a un buen diseño. No todo el mundo se puede comprar estos productos en España, pero el que puede se lo compra sin mirar, yo lo veo.
Tienes cara de ser una melómana…
V.- (risas) Totalmente, me encanta la música de cualquier tipo. Otra cosa es que escuche a menudo de todo, que no. Lo que quiero decir es que puedo ir a escuchar música clásica al Teatro Real y luego irme a terminar la noche en el sitio con la música más alternativa de Madrid.
¿Música en castellano?
V.- No especialmente.
¿Electrónica o reggae?
V.- El reggae no me gusta nada. He sido muy de música electrónica, pero ya no tengo edad (risas). Ahora me gusta vivirlo de otra manera, conciertos determinados y bien seleccionados. Si puede ser fuera de España y de paso se conocen otras ciudades durante un fin de semana, mucho mejor.
¿Eres de cocinar o de que te cocinen?
V.- Soy de que me cocinen, pero también cocino porque me encanta comer. Tengo muchos amigos cocineros con mucha reputación y me han mal acostumbrado a comer muy bien. Me gusta la calidad y las cosas bien hechas, como en todo.
¿Dulce o salado?
V.- Nos soy nada golosa, prefiero un bocadillo de chorizo antes que cualquier cosa dulce.
